El vaginismo se caracteriza por un espasmo involuntario y doloroso de los músculos que rodean la vagina, que puede ser desencadenado por cualquier estímulo cercano a la misma.
Esto trae aparejado una disfunción sexual importante con dolor intenso durante el acto sexual o imposibilidad de penetración vaginal.
Cuando la vagina se relaja y permite la penetración, el efecto dilatador de la toxina botulínica (bótox) y las relaciones sexuales hacen que no sean necesarios tratamientos posteriores.
Representa una alternativa más para pacientes con vaginismo refractario a los tratamientos convencionales. Es un procedimiento con anestesia local y sin ingreso. Se suelen necesitar de 1-3 sesiones dependiendo del tipo y grado de vaginismo, estas sesiones son espaciadas con una semana.