La Ginecomastia es el desarrollo anormal de la glándula mamaria en el hombre.
Este crecimiento puede ser normal durante la pubertad, debido a cambios hormonales, o ser causado por trastornos hormonales, medicamentos u otras sustancias. Estas sustancias pueden ser estrógenos, corticoides, espironolactona, sulpiride, digoxina, cimetidina, neurolépticos, anfetaminas y/o el cannabis.
Las causas endocrinas, las cuales son menos frecuentes, son los tumores testiculares, las enfermedades genéticas como el síndrome de Klinefelter, en el hipertiroidismo (10%), acompañando al adenoma hipofisario y a veces durante una acromegalia.
Se caracteriza por un aumento del volumen del pecho, especialmente debajo de la areola, debido al aumento del tejido glandular mamario. En algunos casos se observa galactorrea o salida de un flujo blanquecino por el pezón.
Cuando el aumento se debe sólo al depósito de grasa subcutánea, se habla de pseudo-ginecomastia.
Cuando la ginecomastia persiste, especialmente en los jóvenes, determina una alteración estética con repercusiones emocionales (complejos) muy importantes.
El diagnóstico de ginecomastia es evidente ante la aparición de mamas voluminosas en el varón, aunque normalmente es el mismo individuo quien reconoce la alteración, ya que a veces suele ser dolorosa.
Las ginecomastias idiopáticas (sin causa aparente) se detectan en el 75% de los casos en la adolescencia. Son de regresión espontánea y no necesitan tratamiento ya que remiten espontáneamente.
En el recién nacido, está presente en el 35% de los casos, suele ir ligada al paso de hormonas placentarias.
En los adultos, corresponde al desequilibrio entre estrógenos y testosterona, por una disminución de esta última.
También puede aparecer en la cirrosis hepática, en la enfermedad de Parkinson, en la enfermedad de Wilson (sobrecarga del organismo en cobre), y después de un traumatismo craneal o de tumores cerebrales.
EEl diagnóstico, como hemos visto, se basa en la historia clínica y en la exploración. Las determinaciones hormonales y la radiografía pulmonar son elementos indispensables para determinar la causa de una ginecomastia. Mientras que, la mamografía confirma el diagnóstico y descarta la presencia de un tumor maligno.
En muchos casos, no es necesario un tratamiento, sea porque la ginecomastia es discreta, sea porque regresa de manera espontánea (es el caso de la ginecomastia de la adolescencia), o con la suspensión del tratamiento en el caso de una ginecomastia por diuréticos (por ejemplo).
A veces, es necesario realizar un tratamiento sintomático, a base de andrógenos, o realizar una intervención quirúrgica cuando alcanza gran tamaño o cuando las repercusiones psico-emocionales son importantes.
El tratamiento consiste en la extirpación de la glándula a través de un pequeño corte en la areola cuando se trata de una ginecomastia verdadera (con glándula mamaria), si no es el caso solo se eliminará la grasa con liposucción.
Normalmente, se realiza una combinación de ambas técnicas. La cirugía se practica con anestesia local y sedación, todo de forma ambulatoria con un ingreso de aproximadamente 6 horas.